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Asociaciones del medio rural exigen mantener los colegios rurales y aplauden la Ley Celaá

Colegio Antonio Relaño, en Abrucena
Colegio Antonio Relaño, en Abrucena

Frente al cierre de aulas y colegios, como la Junta ha hecho este año en Almería, FADEMUR valora las Aulas Mentor del Gobierno de España en pueblos con menos de 10.000 habitantes

“El modelo de educación nórdico es nuestra escuela rural”. Así contempla la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (FADEMUR) la enseñanza impartida en los pueblos de Almería, Andalucía y España que, según esta federación “debemos poner en valor”. Y es que el hecho de que las aulas no estén masificadas “garantiza una educación más próxima y personalizada”.

A pesar de ello, son escuelas “maltratadas por el sistema urbanocéntrico que tenemos”, han denunciado desde FADEMUR. “Llevamos años viendo cerrar colegios rurales por razones económicas”, han explicado desde la organización. En Almería, el año pasado fue sonado lo ocurrido en Tahal y este año, según sindicatos, se han cerrado 25 aulas en toda la provincia. “Lo que no vemos es a nadie preguntándose cuál es el coste económico de que las familias tengan que abandonar el medio rural por falta de centros educativos”, han señalado.

Parte de la población que resiste se ve abocada a largos desplazamientos diarios para llevar a sus niños y niñas a clase, una cantidad que suele aumentar al comenzar la educación secundario.

En este sentido, FADEMUR ha querido destacar las capacidades que abren las Aulas Mentor que el Ministerio de Educación está impulsando en municipios de menos de 10.000 habitantes. En la organización han indicado que pueden tener un papel importante para las y los adultos no se vean forzados a mudarse de sus pueblos tras la educación obligatoria”.

“Lo tenemos todo para poner en marcha una enseñanza rural moderna bien entendida, acorde a los parámetros que aplica el modelo nórdico: abierta, conectada con el entorno pero también con el mundo, capaz de fomentar el pensamiento creativo, la experimentación y la capacidad emprendedora que despunta en los pueblos frente a las ciudades”, han dicho desde FADEMUR.

Tres primeras medidas

Para revertir la situación de abandono y comenzar a explotar las potencialidades de la escuela rural, desde FADEMUR han propuesto la adopción de tres primeras medidas.

1. Acercar la programación a la realidad rural. El medio rural tiene muchas potencialidades que, sin embargo, no son transmitidas a las nuevas generaciones. Tanto en pueblos como en ciudades, se siguen impartiendo contenidos que lo minusvaloran o perpetúan estereotipos sobre él. Es necesario cambiar esta visión para que la infancia rural crezca sabiendo que los pueblos tienen futuro y, a la vez, la urbana entienda y establezca una relación positiva con los pueblos.

2. Compromiso autonómico con el sistema educativo rural. La LOMLOE, la Ley Celáa que modifica y actualiza la LOE de 2006 (la cual reconocía por primera vez el “carácter particular” de la escuela rural), plantea su “carácter específico”, lo que supone que disponga de criterios diferenciados. Por tanto, es necesario que las administraciones educativas pertinentes se comprometan con este artículo y dispongan los medios y sistemas organizativos apropiados.

3. Conexión de calidad a Internet. No podemos obligar a la sociedad rural a vivir en un mundo desconectado y analógico. En Galicia, por ejemplo, casi 144.000 familias carecen de conexión. Es más, en algunas comarcas de Ourense el porcentaje de núcleos familiares sin acceso a la red supera el 65%. Esto no solo merma, sino que anula sus posibilidades de desarrollo formativo, pero también profesional y personal.

 

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