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Carboneras | Francisco Belmonte Moreno da nombre a La Glorieta de Carboneras

Amérigo Fernández, Beatriz Belmonte y Beatriz Ruiz placa Ok
Amérigo Fernández, Beatriz Belmonte y Beatriz Ruiz junto a la placa conmemorativa.

El alcalde y su familia destacan la dedicación del edil, fallecido en marzo de 2020, al pueblo, sus barriadas y todos los vecinos

La Glorieta de Carboneras, ubicada en la Plaza del Castillo, ya es la Glorieta Francisco Belmonte Moreno. El alcalde y la familia del edil, fallecido de manera inesperada en marzo de 2020, han descubierto la placa con su nombre, donada por Miguel Ángel Pérez, en un emotivo acto en el que han participado numerosos vecinos de la localidad que han querido sumarse al homenaje.

Tras la celebración de un pleno en el que el gobierno municipal ha aprobado la moción elevada por el alcalde para llevar a cabo esta denominación, mientras que Carboneras Avanza se ha posicionado en contra, Gicar se ha abstenido y el PP no ha contado con representación, el equipo de gobierno al completo ha acompañado a la mujer, hijos y nietos de Francisco Belmonte en un acto en el que se han dirigido unas palabras de reconocimiento al concejal que se han cerrado con aplausos y el sonido de la sirena del centro de salud al que dedicó su vida profesional.

José Luis Amérigo Fernández, alcalde de Carboneras, ha lamentado que Belmonte “se fuera demasiado pronto” y justo cuando, como él mismo expresaba, estaba viviendo “una segunda juventud política y familiar, disfrutando mucho de su familia y de sus nietos”. Pero, según ha querido destacar, deja “su legado” en forma de un “impresionante trabajo” junto a otros concejales socialistas a lo largo de diferentes mandatos, que hizo posible “la luz, el agua o el alcantarillado en las barriadas”. “Él decía que Carboneras es desde la Isla Grande hasta Gafares y la frase entraña mucho, porque siempre tenía muy presente a sus barriadas”, ha remarcado el regidor.

La Glorieta dedicada a Francisco Belmonte, ha continuado Amérigo Fernández, constituye “un espacio central en el que jóvenes, mayores o visitantes disfrutan de momentos para el recuerdo y un espacio que, en muchas ocasiones, se llena de una vitalidad que es la actitud que tenía Francisco y que transmitía incluso en los momentos más complicados a quienes le rodeábamos”.

Una característica personal a las que ha sumado “su generosidad”. “Siempre que podía ayudar, ayudaba al que lo necesitaba tanto en el Ayuntamiento como en su espacio profesional”, algo que, según ha destacado, podrán conocer las generaciones futuras, junto a su aportación al pueblo, “porque el nombre de las calles y de las plazas nos enseña a conocer nuestra historia”.

Por todo eso, ha finalizado Amérigo Fernández, “me hubiera gustado contar con la presencia de toda la Corporación al completo en este homenaje, aunque tristemente no ha sido así, a quien tanto aportó al pueblo de Carboneras”.

Palabras de la familia

Especial emoción han producido las palabras dedicadas por Beatriz Belmonte a su padre en nombre de toda la familia. Tras agradecer la presencia de los asistentes y de quienes han estado “de corazón”, además de al gobierno municipal “haber hecho posible esta iniciativa”, la portavoz familiar ha recordado “la sonrisa eterna en la cara” de su padre.  Una sonrisa con la que “transmitía el ser un hombre llano, honrado, humilde, hecho a sí mismo y con unos principios y valores muy marcados”.

“Tenía el don de buscar siempre el lado bueno de las cosas, de sacar siempre nuestra mejor versión, y entendía que todos eran sus amigos, independientemente de sus ideas, opiniones o principios”, ha subrayado. Algo a lo que ha sumado que “en su trabajo en la ambulancia, en el centro de salud, en su labor en el Ayuntamiento y, por supuesto, en su vida cotidiana, jamás podía decirle que no a nadie y siempre se dejaba la piel por ayudar a todos”.

Y que el nombre de La Glorieta sea el de Francisco Belmonte, ha considerado, “es un reconocimiento a una vida entera dedicada al pueblo de Carboneras, tanto al pueblo en sí como a todas sus barriadas”. “Es un orgullo para mi familia que esta Glorieta, que pertenece a todos los carboneros independientemente de donde vivamos, lleve el nombre de mi padre, porque ese nombre lleva todos los valores y principios que transmitía. Él, desde ahí arriba, seguro que se siente muy emocionado, orgulloso y agradecido a todos y cada uno de sus vecinos” porque así sea, ha concluido.

 

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