‘La pata del muelle’, vestigio de la minería, patrimonio histórico cuevano, fue el escenario de ‘Una hora entre dos aguas’, fusionando la música y el mar, el pasado y el presente.
“Una noche mágica”, “Maravilloso, emocionante”, “Espectacular”… Fueron los comentarios de los asistentes al primer y único concierto que se daba en mitad del mar en Villaricos el pasado sábado.
De la mano del guitarrista Guillermo Fernández, y con una cuidada preparación audio visual, la noche se tornó mágica con los sonidos de la guitarra aplaudidos por las olas sobre la ‘pata del muelle’ de Cala Verde, antiguo pilar sobre el que se apoyaba el moderno cargadero de mineral en la época de las minas.
El ambiente, sin igual… Noche de verano, iluminaciones a escenario, en medio de mar, las olas acompasando los acordes que acariciaba Guillermo en su guitarra… magia… un concierto único y novedoso, que emergía como las olas desde el mar.
El guitarrista, también emocionado, afirmaba que desde donde estaba Villaricos parecía La Habana… Fernández ofreció ‘Una hora entre dos aguas’, un auténtico espectáculo que situó el escenario en la conocida como ‘pata del muelle’, un pilar con más de un siglo situado en medio del mar, frente a la costa de Cala Verde. Una ‘pata’ que soportó parte de la imponente infraestructura que se construyó para un moderno cargadero de mineral en el siglo XIX.
De esta forma, la historia y el arte, la belleza de lo antiguo y lo nuevo, la esencia del pasado y el presente, se fusionaron para dar Alma a una noche especial en la costa cuevana.
Guillermo Fernández explica algunas de las anécdotas de este concierto sin precedentes. “Algunos me tomaron por loco y gracias al apoyo de otros finalmente me atreví a proponerlo y a que todo se pusiera en marcha. La reunión “informal” en Cala Siret con el alcalde fue el punto clave. Pensé que me pondría impedimentos pero fue todo lo contrario. Yo manejaba hacerlo una Noche de San Juan o para la Virgen del Carmen, pero cuando nos reunimos eso ya era agua pasada. Antonio pensó en el 15 de Agosto por las fiestas de Villaricos y finalmente cerramos el día anterior a la espera de que varios factores como el tiempo dejaran que se pudiera llevar a cabo”.
“Del concierto me quedo con muchos momentos, pero el más especial sin duda fue cuando llegué a ‘la piedra’ y me quedé allí sólo. Aún faltaban 20 minutos para empezar y por la cabeza se me pasaron muchas cosas. Sabía que esa noche iba a ser muy especial e intuía toda la energía de un grandísimo público que aguardaba desde toda la costa. Estaba empezando a ser consciente que aquello iba a ser mucho más que un concierto de guitarra, tal y como había proyectado tantas veces en mi cabeza. Me venían recuerdos especialmente del empeño que siempre he tenido desde niño en querer vivir de la música. Y es que la vida de los instrumentistas es de muchas horas encerrados estudiando. Ni en los mejores sueños me hubiera imaginado un público como el que allí se congregó esa noche, y con solo 6 cuerdas para tratar de conectarnos”, asegura el artista.
El alcalde de Cuevas del Almanzora, Antonio Fernández, asegura que “ha sido todo un éxito, ha gustado mucho y realmente fue todo magia”. “Cuevas del Almanzora tiene una riqueza patrimonial, histórica y cultural muy grande y este concierto, además de ser muy novedoso, de no haberse hecho nada igual, es una forma más de dar a conocer toda esta riqueza que tenemos”, asegura el primer edil quien añade, “ha superado las expectativas, nos imaginábamos que iba a ser espectacular, pero realmente lo ha sido aún más, con ese escenario en mitad del mar, parte de nuestro patrimonio, y la música de Guillermo, fue una noche inolvidable”.
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