La asociación Amigos de La Alcazaba ha denunciado la destrucción del Acueducto de Las Cumbres en Huércal de Almería.
Según han informado a través de sus redes esta demolición se ha llevado a cabo “a plena luz del día y en pocas horas”. Las máquinas han arrasado con una parte de nuestro patrimonio, un elemento que debía estar protegido por Cultura y por el Ayuntamiento de Huércal, pero que por arte de birlibirloque “perdió” su protección en beneficio de los intereses de la empresa propietaria.
Muchos años de esfuerzos para sacar el proyecto de urbanización para adelante pesan. En el último tramo, debía insoportable el aliento de Amigos de la Alcazaba y la Plataforma del Acueducto. Por eso, aunque tenían por delante 50.000 metros de parcela, las obras de la Urbanización el Alba (ya ni se llamará Las Cumbres) han comenzando directamente destruyendo el acueducto. Sin esperar la respuesta a las alegaciones presentadas ante el Ayuntamiento de Huércal. Todo una “declaración de amor”.
El Ayuntamiento, con su alcalde a la cabeza, presumió de amor al patrimonio de su municipio y prometió que salvaría una parte del acueducto. Pero el entendimiento del alcalde nunca fue con Amigos de la Alcazaba y la Plataforma, que defendían que la integración del monumento debía suponer un valor para la propia urbanización, sino con la empresa urbanizadora, que nunca tuvo entre sus proyectos conservar el acueducto. Pese a ello los reconvertidos paladines del patrimonio de Huércal prometieron demostrar su amor y compromiso con el patrimonio de Huércal, conservando 5 arcos. Pero no han dejado ni cinco arcos, ni tres, ni uno. Han destruido todo el acueducto, el mismo que figura en la web del Ayuntamiento como uno de los iconos de su patrimonio.
Hoy el acueducto de las Cumbres ha sido destruido. Hoy el patrimonio almeriense es más pobre. Pero esta historia no debe acabar aquí. Todos debemos sacar conclusiones de esta lección, empezando por los responsables de esta destrucción del patrimonio común.
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