El centro hospitalario cuenta con un nuevo analizador para pruebas de hemoglobinas glicosiladas
El Hospital Universitario Torrecárdenas ha incorporado una nueva técnica en las pruebas de control y seguimiento a los pacientes diabéticos, que en la provincia de Almería son más de 46.000. El laboratorio del Hospital Universitario Torrecárdenas realiza más de 4.000 determinaciones mensuales de hemoglobinas glicosiladas (HBA1c) que son determinantes a la hora de que los pacientes diabéticos lleven un control sobre su patología. Se trata de la integración de un nuevo analizador de hemoglobinas glicosiladas de Alta Tecnología HPLC (High Performance Liquid Chromatography) a la plataforma de automatización global, lo que permite agilizar este tipo de pruebas en pacientes diabéticos. De esta manera, el centro hospitalario almeriense se sitúa como uno de los referentes a nivel mundial en el tratamiento de esta enfermedad.
Según ha señalado Manuel Rodríguez Maresca, director de la Unidad Clínica de Laboratorios, el nuevo analizador trabaja con tecnología de referencia para la determinación de la hemoglobina glicosilada y se integra en una plataforma con la seguridad de ofrecer un rendimiento más amplio para absorber cualquier pico de trabajo en su entorno, evitando cualquier tipo de influencia sobre el rendimiento de la plataforma ni retraso en la emisión de resultados.
Con este nuevo analizador las ventajas “son claras e inmediatas” ya que “minimizan la manipulación de muestras, aporta mayor seguridad biológica del personal, tienen una estandarización de procesos y tiempos de respuesta y en definitiva, maximiza la eficiencia y la calidad”, ha destacado Rodríguez Maresca.
Epidemia del siglo XXI
Por su parte, la jefa de sección de Análisis Clínicos del Hospital Universitario Torrecárdenas, Firma Rodríguez, ha destacado “el importante papel del laboratorio en el diagnóstico y seguimiento de la Diabetes Mellitus”. La Organización Mundial de la Salud considera la Diabetes Mellitus la epidemia del siglo XXI, “pero la enfermedad es tan antigua como la humanidad”, ha afirmado. Por ello, el conocimiento sobre su origen y los avances en su tratamiento y control no han cesado a lo largo de la historia. A pesar de esto, la diabetes sigue siendo una enfermedad con una elevada morbilidad y una importante causa de mortalidad prematura.
Actualmente la padecen más de 180 millones de personas en el mundo y se prevé un incremento del 35% en las próximas décadas. En 2025 se calcula que habrá más de 300 millones de afectados. “Es por tanto un importantísimo problema de salud pública”, ha apuntado el Rodríguez.
Más de 46.000 personas con diabetes en Almería
En nuestra comunidad y según los resultados del estudio epidemiológico di@bet.es, la prevalencia de diabetes en la población adulta de Andalucía (18 años o más) es del 15.3%. De acuerdo con estos datos, el número de personas adultas con diabetes en Andalucía sería de aproximadamente un millón, y de éstas estarían diagnosticadas 740.000 personas. Concretamente en Almería la sufren más de 46.000 personas.
Los niveles elevados de glucosa en sangre durante años acaban provocando daños, muchas veces irreversibles, en diferentes órganos como los ojos, riñones, nervios y vasos sanguíneos. Para evitarlos, es fundamental un buen control de estos niveles de glucosa. Aquí es donde juega un importante papel la determinación de la hemoglobina glicada o glicosilada (HBA1c). La hemoglobina humana es el mayor componente del eritrocito. El contacto permanente del eritrocito con azúcares como la glucosa, hace que ésta se incorporen a su estructura molecular proporcionalmente con la concentración de estas sustancias en el torrente sanguíneo y durante el tiempo de vida de la célula (120 días). Hay una relación directa entre el porcentaje de la HbA1c y el promedio de glucosa. Es decir, la hemoglobina glicada es una estimación retrospectiva de la concentración media de glucosa en sangre durante 8-10 semanas, una medición a largo plazo del metabolismo de la glucosa.
Los objetivos de control glucémico deben de ser individualizados, y la mayoría de los diabéticos deberían alcanzar un nivel de HbA1c lo más cercano a lo fisiológicamente normal, preferiblemente inferior al 7% para reducir el riesgo de complicaciones microvasculares y macrovasculares. La determinación periódica de la HbA1c está ampliamente incorporada a la práctica médica para evaluar el control de la glucemia a largo plazo. Se considera que la reducción de 1% en el valor de la HbA1c produce un descenso del 14% en la aparición de un infarto de miocardio, y una reducción en la mortalidad global.
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