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Guantes y mantas: así está siendo la vuelta al cole

Niños con ropa de abrigo, en un colegio de la provincia de Almería
Niños con ropa de abrigo, en un colegio de la provincia de Almería

Moreno Bonilla sigue sin buscar alternativas para hacer frente al covid, pese al intenso frío

Niños ataviados con guantes y gorros, como si fueran a la nieve, se esfuerzan por seguir las explicaciones del profesor. Otros se tapan con mantas que han traído de casa, en un intento desesperado de protegerse del intenso fío. Estas estampas se reproducen estos días por los colegios de la provincia de Almería, en una vuelta al cole, tras las vacaciones de Navidad, que está levantando la ira de las familias y del profesorado.

Nadie se explica cómo, a estas alturas, el  Gobierno andaluz sigue sin actuar para proteger la salud de los niños, sin tener que mantener puertas y ventanas abiertas durante toda la jornada escolar. Desde la Consejería de Educación se escudan en la necesidad de ventilar las aulas para evitar la propagación del covid, obviando que existen otras alternativas para minimizar el fío sin sacrificar la salud, como la instalación de purificadores con filtros HEPA. Desde la oposición, el PSOE recordaba esta semana también al consejero de Educación que el Parlamento de Andalucía aprobó, en julio de 2020, una Ley de Bioclimatización de los centros educativos andaluces, de la que nada se ha vuelto a saber.

Cuando se les pregunta a algunos equipos directivos, aseguran que es cuestión de “aguantar”, porque el frío durará “unos cuantos días”, olvidando que el problema no es la borrasca Filomena, sino un invierno que, también este año, durará tres meses. La respuesta oculta que el verdadero problema reside en la falta de dinero para implementar medidas alternativas a la ventilación pura y dura.

Ese dinero que necesitan los centros educativos para hacer frente al covid sí lo contempló el Gobierno de España, cuando acordó transferir a la comunidad autónoma de Andalucía 384 millones de euros para reforzar su sistema educativo frente a la pandemia. De esta cantidad, 107 millones estaban sin gastar a finales del mes de diciembre, de lo que se deduce que el problema real no es la falta de presupuesto, sino la indolencia del gobierno andaluz, que no debe de estar pasando demasiado frío en el Palacio de San Telmo.

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