El vicepresidente de la Junta guarda silencio ante la decisión de Francisco Serrano de ‘blindarse’, saliendo de Vox pero manteniendo su acta de diputado
La precariedad en la que vive el Gobierno andaluz de PP y Cs, por su dependencia de otras formaciones políticas para sacar adelante cualquier iniciativa en el Parlamento andaluz, ha hecho posible que el vicepresidente de la Junta, Juan Marín (Cs), renuncie a algunas de sus reivindicaciones más señeras.
Entre ellas se encuentra la petición de reformar el Estatuto de Autonomía para suprimir el aforamiento de los parlamentarios y los miembros del Gobierno andaluz, una medida que, hace poco más de un año, defendía con vehemencia. En una de sus intervenciones ante el Pleno del Parlamento, en marzo de 2019, aseguraba que la supresión de este “privilegio judicial” era necesaria para combatir la “desafección” de la ciudadanía.
Sin embargo, unos meses más tarde los acontecimientos han obligado al vicepresidente de la Junta a guardar silencio sobre este tema, después de que la Fiscalía Superior de Andalucía haya interpuesto una querella criminal contra el ex portavoz de Vox en el Parlamento, Francisco Serrano, por indicios de fraude en una subvención de 2,5 millones de euros recibida por una de sus empresas.
Tras esta decisión de la Fiscalía, Francisco Serrano ha decidido abandonar Vox, pero mantener su acta de diputado, lo que le permitirá afrontar el proceso judicial en calidad de aforado. Curiosamente, este movimiento del ex líder de Vox, que fue la persona con la que Moreno Bonilla y Marín firmaron el pacto que les permite gobernar Andalucía, no ha merecido ninguna valoración por parte del Gobierno andaluz, que no quiere poner en riesgo ni uno solo de sus apoyos.
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