La asociación Amigos de la Alcazaba y el Conjunto Monumental de la Alcazaba han celebrado recientemente la cuarta de las conferencias y actividades del ciclo ‘La Alcazaba que queremos’ aunque esta vez, tal y como propone en la propia definición de la iniciativa, el foco se puso sobre un elemento inconfundible y fundamental del entorno, para ver la historia, presente y futuro de la Reserva Sahariana o EEZA (Estación Experimental de Zonas Áridas, del CESIC), ubicada en su cara norte (Hoya Nueva o ‘Joya’), impartida por el vicedirector Jorge Cassinello Roldán, doctor en Biología y almeriense.
En primera instancia, el casi centenar de asistentes a la convocatoria tuvo una primera toma de contacto visual con la Estación, ya que tanto la presidenta de Amigos de la Alcazaba, María Teresa Pérez, como el propio Jorge Cassinello, dieron la bienvenida desde el mirador de la parte posterior de la Alcazaba, donde los presentes pudieron ver desde arriba los distintos compartimentos y ejemplares de gacelas, así como las dependencias destinadas a la flora u oficinas y clínica de la propia finca.
Ya en la Ermita tuvo lugar la conferencia propiamente dicha, en la que Jorge, detalló que son cuatro las modalidades de gacelas con las que se trabaja en la Estación. En la Finca Experimental La Hoya de la EEZA se llevan a cabo programas de cría en cautividad de cuatro especies de ungulados norteafricanos (la gacela o antílope mohor Nanger dama mhorr; la gacela dorcas saharaui Gazella dorcas neglecta, el Harmush o gacela de Cuvier Gazella cuvieri y el arrui sahariano Ammotragus lervia sahariensis), todos ellos en situación de amenaza.
En 1971 que aterrizó en el aeropuerto de Almería un avión militar procedente del Sáhara Occidental. Traía un total de 24 gacelas (7 de la subespecie dama mohor y 17 dorcas saharauis), amenazadas de extinción, que fueron trasladadas a la finca “La Hoya”, una instalación del CSIC situada en un paraje único a los pies de la Alcazaba. Hoy, cincuenta años después, se ha conseguido salvar de la extinción a estas dos especies de ungulados, y otras dos más, gracias a los programas de cría, que tienen como meta alcanzar para cada especie un tamaño poblacional suficiente y reintroducirlos en sus territorios originales, como así ha sido en Marruecos, Senegal y Túnez. Este proyecto lo convierte en un referente mundial, y se lleva a cabo en tierras almerienses.
En todo este tiempo, de manera discreta, la Reserva Sahariana ha formado parte del entorno de nuestro monumento, creando un maravilloso oasis de vida. Pero la investigación continúa y también los desafíos para mejorar la supervivencia de estas especies en sus territorios originales.
Los responsables de la Estación realizan una evaluación del estado de conservación en libertad, de las poblaciones residuales de estas especies, realizando prospecciones en su área de distribución para determinar la situación actual de las mismas (distribución, estatus, y problemas para su conservación). Estas evaluaciones se han realizado hasta la fecha en Túnez, Argelia, Marruecos, Mauritania y Senegal. En el caso del arrui se ha coordinado la preparación y redacción de la ficha actual de la Red List de la UICN. Además, existen programas de reintroducción, cuyo objetivo es el establecimiento de las especies en lugares donde existieron y de donde han desaparecido, consiguiendo una población genética y demográficamente viable a largo plazo, aunque también existen a veces complicaciones, “como algunas poblaciones que han sido víctimas de perros depredadores o la tendencia a acercarse a las casas, ya que están acostumbrados a sentirse protegidos por la cercanía de un perímetro de seguridad de construcción humana, como son las propias vallas”, detalló.
En cuanto al futuro, Jorge Cassinello avanzó que se está intentando alcanzar luz verde a un traslado de la Estación a un territorio de cerca de cien hectáreas en el desierto de Tabernas, “lo que nos permitiría realizar más estudios, convertirnos en foco de investigación y ampliar los trabajos que venimos realizando”.
De esta forma, ‘La Alcazaba Que Queremos’ volvió a ser una excelente forma de continuar profundizando en aspectos relacionados con la Alcazaba y su entorno, después de que este interesante ciclo de actividades que se agrupan en el nombre ‘La Alcazaba Que Queremos’ se inaugurara con el arquitecto restaurador Pedro Gurriarán Daza, hablando sobre “Una nueva visión de la Alcazaba de Almería a través de sus últimas restauraciones: la Muralla Norte y el Muro de la Vela”, continuara con el proyecto ‘Parque Público Barranco de la Hoya – Jardines del Mediterráneo’, con la participación de los arquitectos autores y ejecutores del proyecto, Vicent Morales Garaffolo y Juan Antonio Sánchez Muñoz, y se analizaran las ‘Investigaciones arqueológicas de apoyo a la redacción de proyectos de restauración de las murallas de la Alcazaba (2020-2021), a cargo del profesor José María Martín Civantos.
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