Presiona "Intro" para saltar el contenido

La plataforma ciudadana STOP 5G ALMERÍA apoyada por Ecologistas en Acción, convoca una concentración mañana por el Día Internacional contra la Contaminación Electromagnética

Pedimos que se detenga el despliegue de esta nueva tecnología inalámbrica, la 5G, y sus
proyectos piloto, hasta que no se hayan realizado los preceptivos estudios de impacto ambiental y
sobre la salud que garanticen su inocuidad. Estaremos el día 24 de junio en Puerta Purchena
manifestando públicamente nuestra oposición al despliegue, y a disposición de los ciudadanos
almerienses que quieran informarse sobre las características de esta nueva generación de
tecnología inalámbrica.

Es muy alarmante que el Plan Nacional 5G siga adelante ignorando los requerimientos del
Defensor del Pueblo, quien ha señalado el deber legal del Gobierno de someterlo a evaluación
ambiental, y de constituir la Comisión Interministerial sobre Radiofrecuencias y Salud prevista por
la Ley General de Telecomunicaciones del 2014 que debería velar por que este despliegue se
realice con las necesarias garantías medioambientales y sanitarias. También se están ignorando
la resolución 1815 del Consejo de Europa “sobre los peligros potenciales de los campos
electromagnéticos y sus efectos sobre el medio ambiente”, y todos los llamamientos
internacionales realizados por miles de científicos y organizaciones sociales que piden una
moratoria al despliegue de la 5G, basándose en miles de estudios científicos que demuestran los
daños a la salud de las radiofrecuencias y campos electromagnéticos, a intensidades muy por
debajo de los límites legales de exposición.

Los límites de exposición a radiofrecuencias actuales sólo tienen en cuenta sus efectos térmicos,
e ignoran todos los efectos no térmicos ya demostrados, lo cual los hace totalmente INSEGUROS.
En este hecho juega un papel muy importante la corrupción de los organismos reguladores que
tienen conflictos de interés, denunciada por numerosos paneles científicos y organizaciones
sociales. Como por desgracia hemos visto en otros casos (la industria tabacalera, el amianto, los
pesticidas y los productos químicos), una vez más se está poniendo el interés económico por
encima de la salud.

Por otra parte, las tecnologías de la información se nos presentan como la solución a la crisis
ecosocial en la que estamos inmersos, habiendo alertado la comunidad científica de la grave
alteración del clima y los ecosistemas por la actividad humana que está desembocando ya en una
6ª extinción masiva. Nada más lejos de la verdad: el consumo de energía y de recursos escasos
de conlleva la digitalización creciente es ya inasumible. El Internet de las Cosas que se nos
anuncia como próximo escenario de desarrollo tecnológico deseable (e inevitable) junto con la
llamada Cuarta Revolución Industrial implica una nueva escalada de consumismo, obsolescencia
programada e injusticia social que ya no nos podemos permitir. A esto hemos de añadir el efecto
sobre el medio ambiente de las radiofrecuencias: el Comité Científico de Salud, Medio Ambiente y
Riesgos Emergentes (SCHEER) declara como máxima prioridad y urgencia sanitaria y ambiental
estudiar los “efectos potenciales sobre la vida silvestre de aumentos en la radiación
electromagnética” ante el despliegue de redes 5G. El despliegue en el espacio de los 42.000
satélites que darán servicio 5G en cada centímetro cuadrado del planeta, que ya ha comenzado,
resulta altamente preocupante, no sólo para la vida silvestre sino también para el ejercicio de la
Meteorología y la Astronomía. No podremos disfrutar nunca más de un cielo nocturno estrellado
(patrimonio inmaterial de la humanidad) porque los satélites superarán con creces en número y
brillo a las aproximadamente 9.000 estrellas visibles.
Ahora, con la excusa de la actual crisis del coronavirus, se nos vende la “necesidad” de esta
digitalización total: teletrabajo, educación a distancia, telemedicina, compras online, gestiones
administrativas, redes sociales… Durante el confinamiento hemos dependido por completo de las
tecnologías. Mientras que algunas de estas cosas pueden efectivamente mejorar la calidad de
vida de las personas, tenemos que estar alerta por cuanto suponen de transformación de nuestra
sociedad, de redefinición de nuestras relaciones sociales y laborales. Y pensar en los colectivos
desfavorecidos que no tienen acceso a las nuevas tecnologías. Por ejemplo, ¿cuántos niños de
familias de pocos recursos han podido completar satisfactoriamente el curso académico?

No es lo mismo que la tecnología esté al servicio del ser humano que al revés, que el ser humano esté al
servicio de la tecnología. No se nos ocultan los poderosos intereses económicos de las
megacorporaciones tecnológicas que hay detrás de la digitalización, ni los peligros que entraña
para nuestros derechos más básicos, con la invasión de nuestra privacidad y la proliferación de
noticias falsas y censura en internet que hemos experimentado en los últimos tiempos. Nos
negamos a que se recorte el derecho a la información y a la libertad de expresión aprovechando la
confusión creada en torno a las noticias falsas para desprestigiar y ocultar las legítimas
preocupaciones sobre nuestra salud y derechos que suscita el despliegue de la 5G. Ahora más
que nunca es necesario un debate público y democrático sobre una tecnología que tiene el
potencial de transformar nuestra sociedad y que comporta riesgos para la vida.
Por eso pedimos que se ponga por delante LA VIDA, y que las nuevas tecnologías sean
biocompatibles y estén al servicio del ser humano y no al revés.

Se el primero en comentar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.