Moreno Bonilla inaugura la escultura del aplauso sin contar con los profesionales sanitarios

Malestar en el PP por la disposición de las autoridades en el acto, que ha relegado al presidente de la Diputación y al alcalde de Roquetas de Mar a la segunda y tercera fila, respectivamente

El presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, ha inaugurado en Almería, junto al alcalde de la ciudad, Ramón Fernández-Pacheco, la primera escultura dedicada a reconocer el extraordinario esfuerzo que han realizado los profesionales sanitarios durante el estado de alarma. Sin embargo,  el acto no ha contado con ningún representante de estos profesionales, que no han sido invitados ni a tomar la palabra ni a descubrir la escultura.

Esta falta de sensibilidad hacia esos profesionales a los que se pretende homenajear con la escultura ha ocasionado un gran malestar, si se tiene en cuenta, además, que entre los asistentes se encontraba el director del complejo hospitalario Torrecárdenas, a quien se ha ubicado en la última fila, pese a haber sido una de las personas que ha tenido sobre sus hombros la responsabilidad de la atención sanitaria durante los momentos más duros de la pandemia.

Entre el gran número de autoridades civiles y militares que han acudido a la inauguración de esta escultura, ha sorprendido ver al presidente de la Diputación Provincial, Javier Aureliano García, y al alcalde de Roquetas de Mar, Gabriel Amat, relegados a la segunda y tercera fila respectivamente, mientras sí aparecía en un lugar preferente el alcalde de Almería junto al presidente de la Junta, lo cual ha sido interpretado como una señal del papel que Moreno Bonilla quiere que asuma cada uno dentro del Partido Popular.

Según ha transcendido, este gesto ha sentado especialmente mal a Gabriel Amat y a Javier Aureliano García, a quienes Moreno Bonilla parece no perdonarles que en su día apostaran por Pablo Casado para hacerse con la presidencia del PP.

El acto, a pesar del calor reinante, ha resultado frío y desangelado por no haber contado con los profesionales sanitarios, que deberían haber sido los verdaderos protagonistas del descubrimiento de la escultura del aplauso, en lugar del alcalde y del presidente de la Junta de Andalucía.