La guerra interna que se vive en el Partido Popular ha terminado de estallar en todos sus frentes y ni el pacto alcanzado con Ciudadanos, por un lado, y con Vox, por otro, para llegar al Gobierno de la Junta, ha calmado los ánimos entre las filas populares.
El nombramiento de Maribel Sánchez como delegada del Gobierno ha sido el detonante de la última de las batallas que se están librando en el seno del PP de Almería. Para este cargo, el elegido del presidente del PP de Almería era Ángel Escobar, hombre de su confianza, concejal en el Ayuntamiento de El Ejido y titular de la cartera de Asuntos Sociales en la Diputación provincial, como él mismo ha reconocido abiertamente.
Sin embargo, para la recién nombrada consejera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, la abderitana Carmen Crespo, la opción era Aránzazu Martín Moya, quién desbancó a Escobar alegando que éste, en un comité del partido, había criticado a Moreno Bonilla por “flojo”. Martín Moya, ante esto, fue vetada por el presidente del Partido Popular.
Finalmente, ni uno ni otra accedieron a tan cotizado puesto. La elegida, por descarte, y como casco azul en esta guerra interna, fue Maribel Sánchez, quien ha ocupado un sillón de senadora en la Cámara Alta durante esta Legislatura antes de encabezar la lista al Parlamento andaluz por el PP en las pasadas elecciones autonómicas. Su poder, pese a las apariencias, es insignificante en la lucha sin cuartel entre los “herederos” de Amat y Crespo por la jefatura en el PP de Almería.
El malestar del todavía presidente del PP de Almería, abiertamente enfrentado a Carmen Crespo, es notorio, hasta el punto de que los “suyos” ya no solo no esconden las desavenencias políticas que existen, sino que las cantan a los cuatro vientos y las airean en los medios de comunicación, algo insólito en el Partido Popular hasta ahora.
En este sentido, la consejera de Agricultura no ha querido perder ni un solo minuto para decirle a Amat, con su agenda en la provincia, lo que aún no le ha dicho a la cara: voy a por el control del Partido Popular en la provincia.
La instantánea que ilustra esta noticia se realizó estos días atrás en la sede del Gobierno andaluz en Almería. Allí, Carmen Crespo se rodeó de todos los delegados y delegadas territoriales para lanzar un mensaje muy sencillo pero con una enorme carga de profundidad: Aquí quien manda soy yo.
Buen reparto para un nuevo capítulo de «Aquí no hay quien viva». Jajajajajaja