Ambos sindicatos se han concentrado ante la sede de Asempal bajo el lema ‘Salario o conflicto’ y que acompaña a las movilizaciones programadas en el día de hoy en cada capital de provincia del territorio nacional
En Almería, según los sindicatos, actualmente se encuentran bloqueados 14 convenios colectivos que afectan a más de 140.000 trabajadores y trabajadoras. Mientras, recuerdan ambas fuerzas que la inflación avanzada del mes de junio nos deja una subida del 1,8%, y coloca la subida de los precios en un 10,2%, interanual y la inflación subyacente en un 5,5%.
CCOO y UGT Almería señalan que, ante esta situación tan preocupante, demandan una subida salarial para hacer frente al incremento de precios del 3,5% para 2022, 2,5% para 2023 y 2% para 2024, con una cláusula de revisión salarial para cada año. Sin embargo, las organizaciones empresariales se están negando a acordar referencias para la negociación colectiva en el marco del AENC, con el objetivo de frenar el acuerdo en los convenios colectivos pretendiendo la congelación salarial.
Por otro lado, UGT y CCOO Almería consideran que el Gobierno de la nación tiene que apostar por medidas que contengan los precios, de una forma especial los de los productos de consumo básicos, y abordar políticas centrales redistributivas, como la fiscalidad, desde la negociación y el acuerdo en el ámbito del diálogo social, ausentes en la inquietante situación en la que se encuentra el país.
En este sentido, los sindicatos valoran positivamente las decisiones ya adoptadas por el Gobierno, pero consideran que no son suficientes y en algunos casos no han tenido el efecto buscado. Es por ello que, hace falta tomar medidas de contención de precios que eviten que las subvenciones efectuadas por el Gobierno acaben siendo absorbidas por las grandes petroleras, como está ocurriendo, en lugar de repercutir en el bienestar de la ciudadanía.
Finalmente, desde ambos sindicatos advierten que no se van a resignar ante este escenario, donde el empresariado de este país pretende hacer recaer sobre la clase trabajadora el coste de la crisis de precios generada por la subida de los precios energéticos, y agravada con la guerra de Ucrania. Ya que consideran sus exigencias no solo de justicia, sino que son fundamentales para mantener la economía y el empleo.
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